Y llega un día en el que tomas un
bolígrafo y un papel, y comienzas a escribir una carta. O quizás
unos simples párrafos que describen cualquier situación que hayas
querido plasmar en un papel. Tras acabarlo de escribir, lo guardas en
un cajón, en el cual permanecerá olvidado durante muchos meses, puede
que incluso años y aparentemente, nunca la vuelvas a ver. Pero llega
un día en el que rebuscas en ese viejo cajón y encuentras unos
papeles desgastados de hace muchísimo tiempo. Y los lees, y te
preguntas en que año o cuando habrás escrito eso. Será entonces
cuando te darás cuenta de lo mal que lo pasabas en ese entonces, o de
que aquel amor del pasado no valió la pena. O simplemente te
dices, que estúpido fuiste. Independientemente de lo que sea, te darás
cuenta de algo, ya sea positivo o negativo, que te servirá. También
puede que un día conozcas a una persona, y que no la vuelvas a ver en
mucho tiempo, y que llegue el día también en el que estas haciendo
un zapping por la tele y te lo veas dando un concierto de Rock o en
el estreno de una famosa y nueva película. En ese momento
dirás...¡Qué curiosa es la vida! Y no solo son esas cosas las que
ocurren, si no también mil más. Por eso, llegamos a la conclusión de
que lo que hagamos hoy, tendrá un efecto el día de mañana. Las
cosas, definitivamente, repercuten en el tiempo.
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