La muerte se definiría fácilmente
como el fin de la vida. Donde acaba la palabra siempre. Todo termina todo. El
final. El punto final a una vida cargada de momentos. Al día en una sola isla
pueden morir perfectamente 50 personas, ya sea de hambre, de vejez, de un
accidente, de un cáncer, un tumor, etc. Lo que si es cierto es que por mucho
que nosotros como personas intentemos negarlo por todos los medios, tenemos un
miedo inagotable a la muerte, tanto nuestra muerte como la de los demás. Un
miedo inmenso a que la persona que más quieras (padre, madre, abuelo, abuela,
hij@, herman@) se vaya y que no lo vuelvas a ver jamás. Todos hemos pasado por
una muerte de un ser querido sin comerlo ni beberlo, a bocajarro, sin quererlo,
de pronto delante de ti una película a cámara rápida que te dicen todos los
momentos vividos con esa persona a la que tanto quieres y lloras y gritas y
piensas que todo es una absurda pesadilla de la que vas a despertar pronto,
pero eso no pasará, porque la vida es así. Y esto te hace pensar que la vida es
una mierda. Pero todo tiene un final y llega un día cualquiera, cuando menos te
lo esperas, cuanto más tiempo quieres pasar con esa persona, ahí es cuando
pasa. Mazazo. No sabes si romper a llorar o gritarle a la persona que rige la
muerte ¿POR QUÉ? Nunca lo he dicho, pero odio los putos duelos. Decenas de
personas a las que no conoces de nada vienen a ti para darte un “sentido pésame”
que la mayoría no sienten pero que te dicen por pena. Para eso es mejor que no
vengas. Además esto de la muerte es como un espectáculo: todos contentos y
felices sentados en reunión y cada poco nos acercamos a la caja, le vemos la
cara y soltamos alguna que otra lágrima. ODIO ESTA PUTA MIERDA. Y luego eres tú
el que tiene que soportar como la persona que quieres sale en una puta caja de
madera con una cruz en la que tal vez algo en lo que ni tan siquiera él creyera,
pero ahí sigue, decenas de personas en la calle tras un coche que guarda
recuerdos y muchos momentos difíciles y fáciles, entramos a una misa y ahí
hacemos el paripé de que todo lo que dice el cura es cierto, cuando lo único
que quieres es irte de allí corriendo, sin mirar atrás. Pero tienes que
aguantar, subirte a un coche, ir a un cementerio y soportar como antes de
enterrar a la persona que quieres se abre la caja para una última despedida. Unos
besos a un muerto. BRAVO. Todos vestidos de negro a besar a un muerto. ESTO ES
UNA PUTA MIERDA. Recuerda a esta persona como es. Polvo somos y en Polvo nos
convertiremos. Ahora después del entierro tienes que mantenerte lo
suficientemente entero para que todos los que estuvieron en la cripta te den el
sentido pésame de nuevo. Estas por mandar a la mierda a todos pero tienes que
mantenerte en pie como un gilipollas. Los días después ya no sabes como estar,
no sabes si llorar, porque no te crees lo que pasó, no sientes nada, no
piensas, no asimilas, pero con el tiempo, al poco tiempo te das cuenta que no
volverá jamás y todo lo que la echarás de menos y lloras y lo pasas mal, porque
no quieres que se vaya, quieres que continúe aquí. No puedes escuchar música.
No puedes vestir de color. Todo tiene que parecer que el que has muerto eres tú
y no el verdadero muerto. No me parece bien. ¡No! Yo por lo menos no lo haré.
Yo soy de esas personas a las que le gusta escuchar música después de un
entierro, soy de esos que visten de color porque no creen que eso es lo quiere
el fallecido. Y aunque suene cruel y terrible, esto es lo que hay: “El Muerto
al hoyo y el Vivo al bollo”. Sales adelante después de llorar y pasarlo mal…Ahora
para finalizar, para que muera este post, pondré cuánto puede costarte la
muerte de una persona, de una persona cualquiera, entre esquela, funeraria,
flores, coronas, nicho, etc. unos 12.000€. LA
MUERTE ES UN PUTO NEGOCIO
Asimilemos todos, todos
nacemos, crecemos, nos reproducimos (algunos) y MORIMOS.
NACEMOS
PARA MORIR
VIVIMOS PARA DISFRUTAR
Lloramos porque no lo podemos remediar... |
La Despedida |
LA PROFESIÓN VA POR DENTRO |
Para mi Abuelo, aya donde estés, espero que lleguen estas palabras
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