jueves, 8 de septiembre de 2011

"¿Qué importa cuándo?"


Y ahora nos inventamos la paranoia de que el mundo va a acabar el 5 de Diciembre de 2012, porque supuestamente ahí es el punto y final del calendario Maya. Antes se dijo que se acabaría porque así lo dijo Albert Einstein, luego porque el 7 era el número de la suerte para mucha gente, después se dirá que cuando lleguemos a 2.020 será el fin de todo y que no nos va a quedar tiempo para hacer nada y solo para morir, morir, morir. ¿Acaso en este mundo solo se piensa en negativo, diciendo que el mundo se va a acabar? –OYE! Te has enterado que va a haber una ApocalipsisNo, no puede haber una Apocalipsis -¿Por? Porque a mi todavía me queda mucho tiempo por vivir y disfrutar en este mundo, en el que, aunque seamos un poco mentirosillos, es un mundo que me encanta, entonces ¿Por qué tendría que ser destruido?. En este mundo nos seguimos empeñando en buscar oscuras explicaciones de ¿Por qué existimos? ¿Por qué no nos extinguimos? ¿Habrá vida en otros planetas? ¿La historia de Heidi estará basada en hechos reales? Son preguntas tan realmente absurdas que no hace falta contestarlas, pero las voy a contestar. ¿Qué más da por qué existimos? EXISTIMOS Y PUNTO. ¿Para qué buscar oscuras explicaciones de si Dios nos creó, si fue la ciencia, el Big-Bang o el coño de nuestra madre? Es que es realmente absurdo pensar y buscar respuestas a preguntas que no tienen porqué ser respondidas. En este mundo vivimos muy preocupados por uno de los dos extremos. O nos fijamos únicamente en el pasado o nos ponemos muy nerviosos pensando en el futuro, cuando lo que realmente debemos hacer es vivir en el presente, vivir cada cosa como si fuera la primera vez. ¿Qué más da que se acabe el mundo? Si es lo que tiene que pasar que pase, pero dejémonos de ponerle fecha al final porque nunca lograremos dar con el último momento de nuestras vidas. No han podido hacerlo los grandes maestros y maestras de la ciencia, no han podido hacerlo los Incas, no han podido hacerlo los Aztecas, no ha podido hacerlo ninguna de las religiones, no ha podido hacerlo el Rey, ni tampoco ninguna bruja. ¿Por qué seguimos buscando respuestas a algo que NO LA TIENE? Por supuesto que llegará un final, y yo, no me voy a quedar sentado en un sillón esperando a qué llegue, yo, por lo menos, disfrutaré, saltaré, viviré, y me divertiré hasta el último segundo de mi vida, porque ese es nuestro cometido en la tierra.

Nuestro cometido en esta vida es VIVIR...


Y esto nadie nos lo quitará!

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